lunes, 2 de noviembre de 2015

Lecturas: Pigmeo (Chuck Palahniuk)

El tropecientos Palahniuk que leo. El primero que me parece una soberana mierda. Una pena. Porque no es un autor brillantísimo, pero sí sabe cómo urdir una novela que funcione. Y ésta ni funciona ni está bien urdida. Con su lenguaje (lo mismo en inglés sí es un libro que merezca la pena) forzado, árido, con su narrador que es un terrorista adolescente urdiendo una masacre devastadora en Estados Unidos, es un libro que cuesta leer, con el tiparraco expresándose en primera persona de tal guisa (me voy a un ejemplo del capítulo 34 (de los 36 que tiene esta ficción insuficiente): 

"Al contrario que en la ocasión pasada, el día infame en que fue separado de su progenitora femenina para el test vocacional, los pies del agente-yo se retiran ahora de la aeronave para esprintar huyendo de regreso hasta la madre-huésped. Este agente acepta el abrazo que la madre le ofrece. Presiona sus labios contra la mejilla facial de la madre-pollo y prueba su agua ocular con sabor a cloruro de sodio. Frunce los labios para realizar el gesto que denota afecto".

Una fábula prometedora, extraña, bizarra (como en todo Palahniuk) que aquí se resuelve torpe y previsiblemente, lo que aquí sólo se justificaría por la voluntad guiñolesca de tantos episodios. Un libro que iría a alimentar el contenedor de papel si no lo tuviera destinado a soportar el olvido junto a otros 11 títulos del mismo autor que un año de éstos sí merecerán una relectura, una nueva vida. ëste, en este día de difuntos, polvo será, mas polvo olvidado.


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